MEMORIAS
DE VIGILADOR I
Navidad…
¿Por
qué recuerdo esa Navidad?
Pues…por
el arbolito. Arbolito adornado con luces que
encendían y apagaban. Luces conectadas
en una zapatilla y… zapatilla que me conecta
con este recuerdo imborrable de mi vida .
Hace mucho calor
en Buenos Aires en tiempos de la Navidad.
Pululan los bichos de toda especie y toda
cantidad de patas . Digo patas
porque los que
tienen ocho me alteran.
Hete aquí que ,
sentado a mi mesa
de vigilador en el recibidor del consorcio...
Es un recibidor de paredes
vidriadas que lo separa del atrio que da a la vereda
de la calle.
Digo que
me encontraba sentado a la mesa y escribiendo algunas frases
ocurridas en mis cavilaciones de escritor . Frases que
saltan así del subconsciente , sin
esperarlas, y sé que
no debo perder tiempo para
escribirlas sinó después las olvido . Por
eso de que son del subconsciente
y no del conciente.
Digo que
escribía y me llamó la atención una forma oscura que se desplazaba sobre
el piso de baldosas de cerámicas
blancas. Era
una araña. Esos bichos
de ocho patas que
antes mencioné que
me alteran. Se desplazaba y venía desde
el atrio del edificio, pasó por debajo
de la puerta de vidrio y se dirigió directamente a la zapatilla en donde
estaban conectadas las luces del arbolito.
Tendría unos
cinco centímetros
de diámetro con las patas abiertas. La araña…
O sea que
le fue posible hacer lo que hizo.
Y sabía lo que
hacía...
¿Cómo sabía?
No lo sé
y tal vez
nunca lo sabré.
Sí sé que me levante de mi
asiento, tomé las llaves de sobre la mesa , abrí la puerta del recibidor y salí al atrio.
Simplemente pretendí alejarme de lo que antes dije:
un bicho que me
altera, pero sin dañarlo. Que cada cual
siga su vida .
Ahora bien ¿Qué hizo la araña? Pues…meter dos patas en el tomacorriente de la zapatilla. Una pata en cada
polo.
Se incinera, pensé.
No, no y otra vez
no.
Ojalá hubiese sido así. Pero no, fue otra cosa que
ocurrió y no puedo dejar de recordarlo con espanto . Es una
escena de otro mundo con un ser que es… ¡de este mundo !
Presencié toda
esta metamorfosis desde el atrio y detrás de los vidrios.
¿Hasta
donde creció la araña? No sé , no recuerdo… tal
vez como
un perro grande .
Corrí desesperado hasta
la calle y llamé al encargado desde el
portero eléctrico. Quise avisarle porque , justamente ,
tiene… tenía su departamento en la planta baja. En
vez de responder
se asomó al palier de planta baja.
No hizo tiempo a nada . No le dio tiempo a nada . La araña le saltó encima y lo inmovilizó con
sus cuatro pares de patas . Quedó como
un muñequito de plástico : con los ojos
abiertos de espanto y rígido , completamente
rígido .
El animal fue apoyando sus mandíbulas sobre
cada parte
de su cuerpo y sorbiendo los músculos y vísceras . Al final dejó un esqueleto
con la piel pegada a los huesos. Ni ojos: sólo quedaron los agujeros, grandes y profundos …
Huí.
1 comentario:
Te amo papá.
Publicar un comentario