LA JUANA Y YO
La Juana y yo nos fuimos
una tarde de febrero
a pastoriar a los campos
del amigo
Baldomero
Es mucha la inmensidad
para acogernos a ambos
Mucha más la intimidad
que nos brindaron los campos
Resguardados entre espliegos
y en lecho de mata y fresas
nos cubrió con sus perfumes
la sabia Naturaleza
Nos mecimos entre sones
musicales para amantes
de las palomas torcazas
y golondrinas migrantes
El Edén de la Creación
el Edén del ser primero
seguro estaba en los campos
del amigo Baldomero
Cobijando al campo entero
el crepúsculo llegó
y en el medio de la noche
quedamos la Juana y yo
Sin dejar de pastoriar
vivimos de esa manera
bajo la luz de la luna
bajo la luna campera
¡Qué amor el de mi Juana!
¡Qué amor que ella me dio!
Pasamos toda la noche
de amores entre los dos.
Y así quedamos gozosos
gozosos como
cualquiera
cualquiera que pastoriando
se pasa la noche
entera
El alba nos encontró
sobre la hierba abrazados
pastoriando nuevamente
como los enamorados
Alrededor de nosotros
los tractores ronroneaban
Los pájaros entre gritos
tierra arada picoteaban
Nos escurrimos del monte
para volver a las casas
cuando los peones se fueron
a mitad de la mañana
Recorrimos la arboleda
entre mirada y mirada
entre sonrisa y sonrisa
con las bocas enlazadas
Hasta mañana dijimos
Hasta mañana mi Juana
¡La despedida es tan larga!
Será sólo hasta mañana
Me quedé mirándola
cuando a las casas llegaba
no pude más que gritar
¡Qué amor el de mi Juana!
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